Llegó a Los Teques, un militar en servicio al que le
decían el Teniente Cumare. Ese teniente Cumare enamoró a mi tía Negra, que era
muy buenamoza y la embarazó.
Mi tío Heriberto, hermano mayor de mi mamá y de Isabel Teresa, mi tía Negra, fue y le reclamó a Cumare que se casara
con ella. Cumare se negó. Entonces se entabló un juicio. Mandaba en Los Teques un
gobernador que era el General Duque y, como siempre el militar era el pesado,
entonces lo que acordaron fue que: ni Heriberto iba hacia el llano donde vivía
Cumare, ni el Teniente tenía que bajar al pueblo donde vivía mi Tío Heriberto.
Un día, mi tío Heriberto fue a afilar los cuchillos con los
que despostaba la carne de su carnicería y vio que Cumare había bajado y le fue
a reclamar. En ese momento, Cumare, se metió la mano para sacar una pistola y mi tío Heriberto le clavó el cuchillo que acababa de amolar, y lo mató.
Después de eso no pusieron preso a Heriberto, porque el
ayudante de Cumare declaró que fue “en defensa propia”, porque Cumare iba a
sacar la pistola para matarlo.
A Heriberto, le decían “El Maneto” porque caminaba con los pies hacia adentro, como “Pata e’ loro”
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